Los agentes antidisturbios de Colombia tienen la obligación, por la resolución número 3372 de 26 de octubre de 2009 del ministerio de defensa nacional, de portar la placa de identificación policial en los uniformes clasificados para el servicio, según el párrafo tercero del artículo 7: obligaciones. Como prueba, aquí arriba está una foto en la que el agente de turno, enfrentado a una manifestación, porta su correspondiente numeración. Esto no quiere decir que no cometan excesos, que los cometen, pero al menos, y de cara al público, los antidisturbios colombianos, conocidos como la ESMAD, cumplen con la ley y hasta le añaden el grupo sanguíneo.
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Antidisturbios de los GRS en Ciñera, al norte de León |
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Antidisturbios en Bogotá recibiendo una lluvia de pedradas |
‘Cuando me bajo la visera, no conozco ni a mi madre’. Alberto es un buen padre, un hombre de bien tan amante de su hijo como de la ley y del orden. Lo conocí hace algunos años en Sevilla, era el tío de una amiga, nos invitó a una cerveza que se nos atragantó cuando soltó semejante frase. Alberto es un hombre amable, un tipo educado con el que se puede tener una conversación sobre ideología sin que degenere en agria discusión. Pero Alberto se pone el casco y sus riñones comienzan a producir una cantidad tal de hormonas de epinefrina que si su señora madre tuviera la mala suerte de cruzarse en su camino en el momento equivocado se arriesgaría a que le abriera la cabeza de un porrazo. Porque Alberto es agente de la policía nacional, y no cualquiera: es antidisturbios y está preparado para enfrentarse a situaciones de alto riesgo. Y la epinefrina que produce la glándula suprarrenal es conocida popularmente como adrenalina: ad (al lado) renalina (del riñón).
Sin la preparación física adecuada y la consiguiente segregación de epinefrina, o adrenalina, ni Alberto ni ningún otro agente antidisturbios podría enfrentarse a la masa. Pero un agente encargado de enfrentarse a situaciones de alto riesgo necesita algo más: amplios conocimientos teóricos de los temas más variados. Porque un antidisturbios no es un botarate, aunque muchos prefieran verlo así. Alberto, y cualquier antidisturbios, proviene del cuerpo nacional de policía y ha superado un minucioso proceso de selección que le exige, entre otros requisitos, tener algún título de artes marciales o instructor de tiro, o defensa personal, o incluso educación física: un seguro de que no le fallará el cuerpo en una carrera o en una acción. Además, debe poseer algún título académico, saber conducir, tener conocimientos sobre protección civil, superar nadando un recorrido de 50 metros en un tiempo reducido, ascender una larga cuerda, si fuera posible a pulso, correr mil metros para demostrar su resistencia y otros cincuenta más para demostrar su rapidez, pasar pruebas psicotécnicas que evalúen sus aptitudes y rasgos de personalidad, además de estudiar control de masas, dispositivos estáticos de control, intercepción de vehículos sospechosos y un largo etcétera. En el largo etcétera también se incluyen los conocimientos armamentísticos lógicos en este oficio además de nociones amplias sobre gases, máscaras, chalecos anti traumas o uso de herramientas como mazas o cizalla. Un antidisturbios sabe manejar desde un rifle marca Nato con mira convencional, o bien con visor óptico, a un mauser 66 sp o una escopeta Franchi modelo spas 12, o los botes de humo ATF, que crean nubes artificales que provocan la dispersión de las masas, por no hablar de los célebres gases lacrimógenos ATL, que se lanzan desde las ya mentadas escopetas Franchi.
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Policías colombianos tras sufrir un ataque de pintura de colores |
En el centro de Bogotá se celebra el 1 de mayo. Corre el insistente rumor por la ciudad de que los revoltosos muchachos de la Universidad Nacional tienen preparada alguna sorpresa. Los comercios y bancos de la avenida Séptima están protegidos por antidisturbios, por la carretera desfila la inacabable marcha de los trabajadores. De pronto, los manifestantes salen corriendo y los antidisturbios de Bogotá se protegen: los muchachos corren muertos de la risa, algunos levantan las manos pero no pasa nada y los agentes no saben qué ocurre. Ahora ralentizan el paso pero vuelven nuevamente a correr y los muchachos arrojan decenas de globos llenos de pintura a los policías, que terminan convertidos en lienzos impresionistas. Mientras se limpian la pintura aparece en el horizonte un nuevo grupo de muchachos, estos van embozados, ya no tiran pinturas: vuelan adoquines de gran tamaño. La guerra ha comenzado y terminará con comercios reventados, cajeros automáticos desaparecidos como por ensalmo, gases lacrimógenos surcando los aires y uno de ellos peinándome el cogote. La trifulca alcanza niveles de batalla campal y los estudiantes detenidos gritan a la prensa: ‘fotografíame, que se me llevan’. Tienen miedo de que los hagan desaparecer y un bosque de manos se alza con móviles en la mano para que en alguna parte quede constancia de la detención. Antidisturbios hay en todos los países desde que a los generales romanos les diera por hacerse con una guardia pretoriana que les protegiera de ataques inesperados de enemigos infiltrados o sorpresivos. O internos. Y todos, por lo general, gozan de los mismos requisitos: excelente preparación física, psicológica, táctica. Y todos reaccionan con esa explosiva mezcla de violencia comedida que da paso a violencia que puede ser extrema y que puede, al tiempo, ser producto de una ofensa o de una estrategia.
Hay pues que tener en cuenta el elemento con el que comenzamos el artículo: la epinefrina. Recordemos: la adrenalina. Un elemento nada desdeñable y que se une a la obediencia debida de las órdenes de un superior. Por ejemplo: protejan tal edificio y eviten que los manifestantes, los grupos radicales, los opositores, los enemigos (al fin y al cabo) se acerquen al objetivo. Y, a imagen y semejanza de las guardias pretorianas de los generales romanos en aquellos tiempos de tribus bárbaras, los agentes de la UIP, o Unidades de Intervención Policial, o los GRS, si hablamos de la guardia civil, aplican sus conocimientos para cumplir las órdenes recibidas. Y en esa tesitura se mantienen erguidos frente a una masa que puede comportarse de manera agresiva y en posición medio de defensa medio de ataque porque no saben si tendrán que atacar para evitar que les sobrepasen el punto crítico o tendrán que defenderse de una masa enfurecida. Y aparece la epinefrina. Las glándulas suprarrenales segregan la hormona que incrementa la frecuencia cardíaca, contrae los vasos sanguíneos, dilata los conductos del aire y crea una reacción fisiológica que podemos denominar estrés, o ansiedad, y que supone un complemento que disimula el miedo y obliga a una marcha hacia adelante. El agente enfrentado a una masa de personas que se niega a obedecer ciertas órdenes, o que las ignora, o una masa que es demasiado grande como para manejarla fácilmente, tenderá al estrés. De pronto, unos muchachos les gritan, otros les insultan, hay quien porta pancartas agresivas.
Algún manifestante se hace el gracioso, otros intentan dialogar, les conminan a unirse a la protesta porque, les dicen, tú también eres pueblo, eres de los nuestros, también a ti te han jodido, les dicen, hay quien intenta meter una flor en el cañón de tu escopeta, el corazón bombea sangre y la epinefrina, siempre la epinefrina, invade tu torrente sanguíneo. Tampoco hay que desdeñar al agente radical, que deja su impronta en los foros de internet llamando a la guerra contra los piojosos perroflautas y disfruta del momento mientras reparte tortas, o esas estrategias en las que algunos elementos ‘amigos’ se infiltran en la masa enemiga para sabotearla (o simplemente forzarla a actuar de modo violento y conseguir una reacción que desacredite su causa) o, ya hablando de mandos, prohibiendo la confraternización con los que denominan ‘enemigos’ mira aquí.
GRS significa Grupo de Reserva y Seguridad, y no Grupo Rural de Seguridad.
Un saludo.-
Pues es cierto y tiene usted toda la razón, aunque en el desarrollo de mi trabajo he coincidido mucho con ellos, o con vosotros, y siempre me han comentado eso de Grupo Rural, y buscando en internet veo que también existen, los rurales me refiero, y les dicen así, Grupo Rural de Seguridad. Puede que yo esté confundiendo dos cuerpos, espero que alguien pueda aportarme algo más de información. Gracias por escribir!