Viaje a Stutthof: el primer campo de exterminio nazi fuera de Alemania (II)
La vida en el campo de exterminio de Stuttholf tenía momentos surrealistas que alternaban la extrema necesidad, las ejecuciones sin motivo y los trabajos forzados con las dos horas de recreo que se concedían los domingos y durante las que los prisioneros podían, en un clima de terror, jugar, cantar y bailar. Los curas trataban de mantener cierta apariencia de normalidad organizando fiestas religiosas, como la Navidad, los profesores leían obras clásicas, una especie de charada donde las sonrisas no eran sino muecas de desesperación y la fiesta podía terminar interrumpida por una ejecución aleatoria de algún guardián aburrido....
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